Cada capítulo es una joya ilustrada que combina enseñanza bíblica, ternura y aventura, despertando en los niños la curiosidad espiritual, el sentido de la gratitud y la empatía.
Con un lenguaje sencillo, imágenes luminosas y un profundo respeto por la tradición, este libro se convierte en una lectura ideal para compartir en familia, en el colegio, la escuela dominical o en la catequesis.